César
sacó una hoja blanca
César sacó una hoja
blanca, la dobló cuidadosamente, la volvió
a plegar una y otra vez, cerró un ojo, miró
el lomo de papel del aeroplano, y comprobó
la rectilínea seguridad de su fabricación.
Había nacido en el pupitre un ave blanca tan
quieta como ansiosa de vuelo.
El viejo profesor de gramática
se paseaba, yendo desde la pizarra a la puerta del
aula. En uno de aquellos momentos en que volvía
la espalda en su incesante ir y venir, César
lanzó su blanco avión de papel en el
ámbito del aula. Éste, planeó
teledirigido por BU deseo hasta rozar el techo, y
luego descendió posándose a los pies
del profesor que lo aplastó sin querer.
En aquella lección sobre el
complemento directo circunstancial, el pájaro
de César había descrito una blanca parábola,
eliminando por un instante aquel tedio mortal.
|